miércoles, febrero 27

El modernismo

MODERNISMO
Durante el modernismo hispanoamericano (1882-1916), desde la publicación del Ismaelillo (1882) de José Julián hasta la muerte de Rubén Darío (1867-1916), Venezuela aportó su contribución. Y lo hizo más por el camino de la prosa que de la poesía. De ahí que haya que comenzar citando al gran maestro de la prosa modernista, Manuel Díaz Rodríguez: novelista, cuentista, orador, ensayista, crítico, gran esteta de la palabra de todo el continente; no se podría dejar de mencionar a Pedro Emilio Coll, ensayista, pensador, cuentista, o al gran satírico de la novela: Rufino Blanco Fombona (1874-1944), polígrafo de esa generación.
Durante el procesos del modernismo se hicieron presentes tanto el a como el criollismo. El primero dio ensayistas de la de José Gil Fortoul o un crítico de la perspicacia de Luis López Méndez. Siguiendo las estéticas de su época compuso el mismo Gil Fortoul su novela Julián (1888). El criollismo se desarrolló en paralelo al modernismo. Su figura mayor es la del cuentista Luis Manuel Urbaneja Alchelpohl, considerado el padre del género en la literatura venezolana; en poesía la figura central del criollismo fue Francisco Lazo todos autor de la Silva criolla (1901). Los días finiseculares tuvieron en los críticos Julio Calcaño (1840-1918), Gonzalo Picón Febres (1860-1918) y Jesús Semprum sus mejores exponentes.

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